Hay gran diferencia entre : vamos a ver si funciona y vamos a hacer que funcione



En el vertiginoso mundo de los negocios, la actitud con la que abordamos los desafíos puede marcar la diferencia entre el fracaso y el éxito rotundo. La dicotomía entre la mentalidad de "vamos a ver si funciona" y "vamos a hacer que funcione" puede definir el destino de una empresa. Mientras que la primera actitud refleja una postura pasiva y una predisposición a aceptar el fracaso, la segunda encarna el espíritu de determinación, perseverancia y acción proactiva que son cruciales para alcanzar metas comerciales ambiciosas.

El simple deseo de que algo funcione rara vez basta para garantizar el éxito duradero en un entorno empresarial competitivo. A menudo, se requiere un enfoque proactivo y una dedicación inquebrantable para superar los obstáculos iniciales y mantenerse firme en la búsqueda de soluciones innovadoras. La mentalidad de "vamos a hacer que funcione" implica un compromiso total con la resolución de problemas, la adaptación al cambio y la búsqueda constante de oportunidades de mejora.




Un elemento clave para adoptar esta mentalidad proactiva es la pasión por la visión empresarial y la convicción de que se puede lograr el éxito, incluso frente a desafíos aparentemente insuperables. Aquellos que están dispuestos a asumir riesgos calculados y a comprometerse con el perfeccionamiento continuo de sus estrategias son más propensos a alcanzar resultados exitosos y a construir negocios sostenibles en el tiempo.


Imaginemos dos emprendedores, Ana y Marcos, que han desarrollado un nuevo software de gestión empresarial. Ana, con una mentalidad de "vamos a ver si funciona", lanza su producto al mercado sin investigar a fondo las necesidades de los clientes o realizar pruebas exhaustivas. Aunque el software tiene potencial, no logra atraer la atención del público y, eventualmente, su empresa se estanca debido a la falta de demanda y las críticas negativas.

Por otro lado, Marcos adopta la filosofía de "vamos a hacer que funcione". Antes de lanzar su producto, lleva a cabo una extensa investigación de mercado, recopila opiniones de posibles usuarios y realiza pruebas rigurosas para garantizar que su software responda a las necesidades del mercado. A pesar de enfrentar algunos contratiempos iniciales, Marcos y su equipo se comprometen a abordar cada problema, perfeccionar el producto y adaptarse continuamente a las demandas del mercado. A medida que su software se vuelve más sólido y adaptable, la empresa de Marcos gana reconocimiento, confianza de los clientes y, finalmente, domina el mercado con una base de usuarios leales y satisfechos.

En resumen, la diferencia fundamental entre "vamos a ver si funciona" y "vamos a hacer que funcione" radica en la mentalidad y la dedicación que uno está dispuesto a invertir en la consecución de sus objetivos empresariales. Al abrazar la actitud proactiva y el compromiso total con el éxito, las empresas pueden trascender los límites de lo que se considera posible y abrirse camino hacia un futuro empresarial brillante y próspero.